Por Santiago Consejo

Título: La última pregunta.

Autor: Issac Asimov.

Fecha de publicación: noviembre de 1956.

Publicado en: Revista Science Fiction Quarterly.

Compilado en: Asimov: The Complete Stories Volume 1, 1992, editorial Doubleday.

La entropía, el fenómeno natural aterrador e inevitable, sirve como la base de uno de los cuentos más importantes de Issac Asimov. La última pregunta, por primera vez publicado en Science Fiction Quarterly noviembre de 1956, es un relato corto que sin embargo plantea el futuro e historia de la humanidad y del universo de una forma tan clara y concisa que es imposible no dejarse llevar por las ideas que presenta, y por lo tanto, la misma preocupación y curiosidad.

La titular pregunta es planteada por un par de científicos que, entre bebidas, le preguntan a Multivac, una red neuronal artificial y auto-evolutiva, si será posible algún día poner fin a la muerte de calor del universo. El aparato responde que aún no cuenta con suficiente información para responder esa pregunta. A partir de aquí, Asimov pinta diferentes peldaños del desarrollo humano futuro: el viaje a las estrellas, la colonización de otras galaxias, el fin de la mortalidad y la unión con el universo mismo. Junto con él, la máquina crece y cambia hasta alcanzar una forma y habitar un espacio más allá de la comprensión humana. Sin embargo, no importa qué tan avanzada sea: nunca cuenta con información suficiente para responder a la pregunta.

Asimov utiliza esta premisa para dar a entender la enormidad y sin embargo la melancolía del universo y del espacio. A través de los encuentros directos entre hombre y máquina, entreteje la ciencia y la filosofía hasta culminar en una frase sencilla y sin embargo muy poderosa.

Si algo se le puede criticar, es que el tiempo no trató bien a la nomenclatura de los personajes; en el siglo XXI puede parecernos un poco ridículo ver a un personaje llamado «MQ-17J de Nicron», y es posible que así se entorpezca una lectura en voz alta. Puesto eso de lado, Asimov maneja un excelente sentido de tamaño y escala, tanto en cuanto a espacios físicos como al tiempo mismo y es capaz de evocar serenidad dentro de la urgencia para así narrar una obra inspiradora. No es casualidad que sea la obra predilecta del autor. Es un cuento excelente que recomiendo a cualquier lector interesado en la relación de la ciencia con el espíritu del humano.

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