Por: Salma Fano

El color de las galaxias sobre la piel tras una caída, el sonido de una cuchilla bailando sobre el hielo, la respiración del mundo suspendida y las gotas que marcan el inicio de una música. El patinaje artístico es un deporte completo, lleno de retos y belleza, de disciplina y arte. Bárbara González-Garza y Penélope León son dos patinadoras y entrenadoras de patinaje artístico sobre hielo que tienen claro el esfuerzo que conlleva crear esos momentos de magia. 

Bárbara González-Garza

Ambas comenzaron desde una edad temprana. González-Garza inició a los once años: “empecé a ir a los viernes de disco pista en la pista de San Jerónimo. Ahí hice varios amigos. A los 14 años entré de instructora y a los 17 como becaria de artístico.” Para ella lo más complicado de ser entrenadora se divide en dos cosas: “la primera es cuando los papás obligan a las alumnas a tomar clases y no quieren. El ambiente durante la clase se vuelve pesado y siento que pierdo mi tiempo. La segunda es ver que algunas alumnas no entrenan por su cuenta o que los papás no las apoyan para llevarlas a que entrenen”, y lo mejor “es ver la cara de una alumna cuando logra un elemento nuevo.”

Penélope León

Por otro lado, Penélope León cuenta: “empecé a patinar a los 7 años en Anaheim, California; mi mamá me llevo a clases de patinaje.” Además, para ella “lo mejor de ser coach es ver cómo tus niñas van creciendo y madurando dentro y fuera del deporte. Lo difícil es cuando tus alumnas emprenden su vuelo y se van.”

Cada una tiene razones diferentes por las que aman este deporte, sin embargo, coinciden en que, a pesar del miedo, los sacrificios y la dificultad, los logros de su esfuerzo son gratificantes. “Lo que más me gusta es la sensación en el hielo y la adrenalina cuando intento un elemento nuevo. Patinar es salir del área de confort cada entrenamiento para conseguir metas. Es retador, pero los resultados valen la pena”, mencionó González-Garza. De manera similar, lo que más disfruta León “es la satisfacción que te da el lograr tus objetivos y vencer tus miedos.”

En cuanto a si el patinaje artístico debe ser considerado cultura, González-Garza dijo que “no es representativo de México como lo es el fútbol. Quizá sí sea considerado cultural en países donde más personas lo practiquen, como Rusia, pero no creo que forme parte de la cultura mexicana.” Sin embargo, para León “todos los deportes son cultura”. Aunque, González-Garza no está segura de eso: “no creo que todo deporte sea cultura, no tengo muy claro qué factores deba de cumplir un deporte para que sea considerado cultura. Pienso que tiene que ver con cuántas personas lo practican y qué papel juega en la sociedad de cada país.”

Existen varios obstáculos para lograr una carrera en el patinaje artístico, desde retos deportivos y prejuicios, hasta apoyo financiero.

Ambas entrenadoras coincidieron en que el patinaje artístico es una disciplina llena de mitos. Un ejemplo es que dicen “que solo es para mujeres o para hombres homosexuales. Hay muchos hombres heterosexuales que lo practican, además de que la sexualidad de alguien no tiene nada que ver con la práctica de este deporte. Otro es que tienes que cumplir con cierto tipo de cuerpo para ser buena, cuando hay cuerpos de todo, distintas formas y tamaños que tienen excelentes resultados”, afirma González-Garza.

En relación con las limitantes que existen en México para el crecimiento de esta disciplina, aseguran que falta respaldo financiero. “No hay apoyo suficiente para este deporte. Tristemente, las patinadoras de mayor nivel son aquellas que tienen el capital para solventar los entrenamientos, competencias y equipo necesario. Las patinadoras que tienen el potencial, pero no cuentan con el nivel adquisitivo no son apoyadas”, mencionó González-Garza. “La economía y los tiempos de traslado afectan mucho al deporte”, agregó León.

Penélope León

Ante el cuestionamiento sobre si los retos técnicos cada vez más avanzados -como los saltos cuádruples- perjudican la salud y, por ende, la longevidad de la carrera del patinador, así como su artisticidad, dijeron: “Sí perjudican la salud, tanto física como mentalmente. El patinaje es un deporte de impacto que tiene consecuencias en el cuerpo (como las rodillas), mientras más impacto, menor resistencia. Por otro lado, la presión de saltos cuádruples en rutinas es muy agotador mentalmente, lo podemos ver en las patinadoras de Tutberidze, que son más jóvenes, con elementos más avanzados y se retiran también más jóvenes”, afirma González-Garza. León sí cree “que puede llegar a afectar al desarrollo de los patinadores, pero no afecta su artístico.”

A pesar de esas dificultades, se han creado nuevas oportunidades para el mundo del patinaje sobre hielo, como las pistas sintéticas, que además se dicen ecológicas, pero ¿de verdad es una mejoría? Bárbara menciona que, a pesar de no haber patinado en ellas, ha “escuchado que no es la misma experiencia, ya que la cuchilla desliza diferente, pero no dudo que la tecnología logre un hielo sintético idéntico al natural”. Mientras que León dice que sí ha patinado sobre ellas, pero en su experiencia “no es para nada lo mismo.”

Así, nos damos cuenta de que el patinaje artístico es un deporte que hechiza a quien lo practica o lo observa, pero que todavía está bajo el umbral de los juicios y necesita más apoyo en nuestro país.

Ambas entrenadoras siguen presentes en esta disciplina. Pueden encontrar a Bárbara González-Garza en su Instagram: @barbaraggm, y a Penélope León como @popeleon, también en Instagram.

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