Organizado por Iza Sabadín, el Concurso Creativo de Escritura, se convirtió en una herramienta para escritores en tiempo de pandemia.

Por Julio Martínez Torreblanca

El confinamiento motivado por la pandemia se desplomó en todos nosotros como una losa difícil de llevar y de la que, todavía hoy, no hemos podido salir. Esa falta de vivencias y sensaciones, debido al aislamiento, pronto repercutieron en el proceso creativo del que todo artista se nutre. Traduciéndose en desidia, pereza y sequía. ”¿Cómo combatirla?” — nos preguntamos muchos— “Con nuevos y creativos incentivos” —me respondió una mañana que platicábamos sobre ello mi colega y compañera, en el penúltimo semestre de la Licenciatura de Literatura Creativa.

       Esa plática se dio por el anuncio de una convocatoria que ella había encontrado a finales de marzo del 2020 (año y mes maldito) y anunciaba un Concurso Mundial de Escritura en Argentina.  “Estaría padre, nos obligaría a seguir escribiendo en tiempo vacacional.  Y por otro lado, no tenemos otra cosa mejor que hacer en tiempo de confinamiento”.  Me gustó la idea y me apunté. Pero todavía coleaba el fin de semestre y los ensayos y trabajos nos jugaron una cabriola del destino, se nos pasó la convocatoria.  Iza, apurada, me lo comunicó. No pasa nada, no te preocupes. Pero eso es algo que no casa con esta brasileña empeñada en escribir literatura en español, a las dos semanas ya había hablado, contactado, organizado y creado su propio Concurso de Creación Literaria.

     Bueno, Iza, cuéntanos tu secreto: ¿Cómo lo lograste?

 —Ya había comentado con nuestra profesora Rita Holmbaeck, por ser ella también argentina, sobre el Mundial de escritura, por si ella tenía algún conocimiento sobre el mismo. Me comentó que no tenía noticias, pero que le parecía una iniciativa muy interesante. Después del despiste a la hora de inscribirnos me sentí fatal, me parecía, o así lo sentía, que os había defraudado. A modo de desahogo hablé con ella y fue cuando me dijo: «Hagan ustedes su propio concurso». Y eso fue lo que me animó.

      Fue entonces cuando creaste la primera edición del concurso, el 12 de julio del 2020. ¡En apenas un par de semanas!

   —Si, fue algo muy informal y espontáneo, todo fue construyéndose, sin querer, a través del grupo de WhatsApp de la carrera. Decidimos una lista de posibles temas y se acordó uno para cada una de las tres semanas que duraba el concurso: “Los tenis colgados en la calle”, “Tres metros bajo tierra” y “Una historia de amor fallida”.  En la elaboración de los temas conté con el apoyo de los dos maestros que luego serían el jurado que calificaría al ganador:  Rita Holmbaeck y Carlos Azar.

    Las reglas eran similares al concurso argentino, pero con alguna variante. ¿No es así?

   Efectivamente, la exigencia era menor al concurso argentino (tres mil caracteres semanales, nos parecieron una cantidad más razonable que los tres mil diarios del concurso argentino); por lo demás hicimos una pauta similar a la argentina.  La participación estuvo bastante bien para lo precipitado de la convocatoria —la mitad de la clase participó— y también conseguimos un premio que compensara a nuestro primer ganador: Santiago Rendón.

   No sólo eso, se tradujo en una buena vibra que produjo una nueva edición al finalizar el siguiente semestre (el 8 de enero). Esta vez con mejor organización, mayor proyección y mejores premios.

   Así es, la experiencia es la madre de la ciencia, o así dicen. Las bases fueron las mismas, pero añadimos una plataforma para colgar los textos; a dos nuevos jurados, Abraham Domínguez y Juan Pablo Villalobos, sumado a los dos de la edición anterior; además de unos premios más atractivos (15ooo, 5ooo y 3ooo pesos mexicanos, para los ganadores).

     Algo que llevó a una mayor participación en la nueva edición.

    —Sí, algo que me hizo una gran ilusión ya que consolidó el concurso por su buena acogida. Los ganadores fueron: en primer lugar, Sebastián Jiménez Galindo, en segundo, Xadeni Escalante, y en tercer lugar, empataron nuestros dos Santiagos, Consejo y Rendón.     

Izá Zabadín promete nuevas sorpresas: nuevos y más generosos patrocinadores; una participación más nutrida, no sólo adscrita a nuestro ámbito universitario; y una difusión más amplia, dónde nuestros escritos lleguen al mayor número de lectores.  “En breve, colgaremos la convocatoria en redes sociales. ¡Estén atentos!”

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