Por Leslie Ibarra
La correspondencia entre Adolfo Bioy Casares y Elena Garro, Cartas y poemas de amor -libro presentado recientemente por Ediciones Del Lirio en la Feria Internacional del libro de Guadalajara-, representa una arqueología del deseo y un mapa lleno de emociones trazado a través de la distancia y la nostalgia del tiempo convertido en literatura.

El libro se alza a esa geografía íntima que se desarrolla en las 36 cartas de Bioy a Elena, fechadas en 1951, las cuales representan la voz apasionada de Bioy, quien intenta desafiar la lejanía y la ausencia. Es la confesión de un hombre que, a pesar de su fama de seductor, se revela vulnerable, sensible y deshabitado sin la presencia de su Elena, siendo así como el amor se convierte en un acto de fe y en la obsesiva esperanza por reencontrarse para que no se extinga el eco de un último encuentro.
Estos versos son destellos íntimos, una poesía onírica que va más allá del simple registro de un amorío. Es una reflexión sobre el amor entre dos creadores que veían el mundo a través de la ficción, siendo así que la obra no solo se completa con la transcripción de las cartas de Bioy a Elena, sino que Elena al igual que su amado se muestra vulnerable y apasionada, al compartir aquellos poemas que le escribía con la esperanza de volverse a ver.
La relación intensa y fugaz en el tiempo registrado resuena con la profundidad de los temas que ambos exploraron en su obra: la soledad, la distancia, la realidad precaria y la posibilidad de otros mundos.
Cartas y poemas de amor entre Bioy y Elena es una invitación a presenciar el nacimiento y la agonía de un amor literario, en donde la tinta era el único vehículo que podía mantener viva la ilusión de un futuro pleno de amor. Es una obra que nos recuerda que los grandes narradores, cuando aman, escriben no solo para el otro, sino para la eternidad que ahora se refleja en esta bella recopilación realizada por Ediciones Del Lirio.