Por Carlos Pérez
- El Museo Nacional de Arte abre sus puertas a la creatividad infantil con el curso de verano Mi rostro, mi arte, una iniciativa que busca sembrar la semilla del aprecio artístico en las nuevas generaciones.
- Diseñado para chicos de 5 a 12 años, este programa se lleva a cabo en el Laboratorio de Arte del museo, del martes 22 de julio al viernes 1 de agosto, en un horario de 10 a 14 horas, con una clausura especial el 2 de agosto.
María Trinidad, coordinadora del Laboratorio de Arte, Creatividad e Innovación, compartió con entusiasmo los pormenores de la experiencia que conlleva el curso de verano Mi rostro, mi arte del MUNAL. “El curso está enfocado en chicos de 5 a 12 años“, precisó destacando la importancia de la edad en el desarrollo de la sensibilidad artística.
La propuesta del taller, lejos de ser una simple lección de historia del arte, se sumerge en la evolución del retrato, abarcando desde el periodo novohispano hasta la fotografía digital.
La metodología del curso se centra en un “proceso de sensibilización y estimulación“, según explicó la coordinadora. La meta es clara: dotar a los participantes de “herramientas para que cuando salgan de aquí las puedan aplicar en algún otro lugar, en algún otro tiempo y espacio“.
Esta visión trasciende el mero aprendizaje dentro de las paredes del museo, buscando que los niños integren el arte como una forma de expresión y comprensión del mundo en su vida cotidiana.
Trinidad hizo hincapié en la filosofía detrás de la iniciativa, calificándola como un “ejercicio amable“. En sus palabras, “el propósito del curso no es generar miedo, no es generar un castigo, sino que sea disfrutable“.
Esta aproximación busca erradicar la percepción del arte como algo complejo o intimidante, fomentando en cambio una relación lúdica y placentera. El objetivo primordial es “acercar a los pequeños de una forma amable al arte“, reconociendo que “el acercamiento al arte es invaluable“.
La estructura del curso establece un “hilo conductor entre la obra que estás viendo y una técnica en específico“, lo que permite a los jóvenes artistas no solo observar sino también experimentar y recrear. Esta dinámica práctica es fundamental para que los niños internalicen los conceptos y las técnicas artísticas.
Con una mirada esperanzadora hacia el futuro, María Trinidad concluyó: “Posiblemente aquí está una futura museógrafa, futuro pintor o escultor; la estimulación temprana ayuda a que tengan herramientas cognitivas y pedagógicas para en algún momento ejecutarlas“. El MUNAL, a través de Mi rostro, mi arte, se consolida así como un espacio vital para el fomento de la creatividad y el descubrimiento de futuros talentos en el panorama artístico nacional.