Mauricio de la Torre nos cuenta sobre emprender y colaborar en proyectos de cine independiente
Por Yael Ávila
En el corazón del cine independiente de Jalisco, el tepatitlense Mauricio de la Torre, cofundador de Espíritu Films, impulsa un modelo de producción y exhibición que combina pasión, colaboración y arraigo territorial.
Desde cortometrajes que han cruzado fronteras hasta la creación de ENCIENDE, Festival Internacional de Cine de Occidente, su historia es la de un creador que entiende el cine no solo como arte, sino como puente entre comunidades y como un acto de resistencia cultural.

Los inicios y Espíritu Films
—Para empezar, cuéntanos, ¿cómo llegaste al cine?
Desde niño me gustaba dibujar e inventar historias; crecí frente a una televisión, así que el lenguaje audiovisual fue al que más estuve expuesto. Luego me enteré de que era posible estudiar y dedicarse a hacer películas. En la preparatoria empecé a colaborar con Guillermo Ramírez y otros amigos en cortometrajes, y aunque mi primer intento de ingresar a la licenciatura en Artes Audiovisuales no resultó, seguí produciendo.
En la capital, estudié Historia en la Universidad de Guadalajara porque su programa incluía análisis e historia del cine. Hice una tesis sobre cine de ficheras y análisis fílmico.
El cine, para mí, integra muchas artes y te da herramientas expresivas que otras disciplinas no ofrecen, aunque es más costoso.
—¿Qué es Espíritu Films y cómo nace?
Espíritu Films surge en Tepatitlán de Morelos, Jalisco en 2018 y es dos cosas: por un lado, un colectivo de producción y exhibición cinematográfica, y por otro, desde hace menos de un año, una Sociedad Anónima Simplificada (SAS). Guillermo, mi socio, y yo somos los principales responsables; yo siendo el administrador de la productora y del colectivo.
—Háblanos acerca de su trabajo y cómo lo llevan a cabo.
Todo lo que hacemos se sustenta en la colaboración: producimos en formato colectivo, con recursos propios, talentos locales y apoyos de nuestros colegas. Con la marca Espíritu Films hemos realizado seis cortos terminados, el más reciente filmado en mayo y que estamos por estrenar; antes también hicimos varios sin una estructura formal. Tener esta marca registrada nos ha permitido producir año tras año, salvo por una pausa larga durante la pandemia.
—¿Qué cortometrajes han realizado?
Entre otros: ¡A nadie! (2018), Ojos Calladitos (2018), End The (2019), Pornógrafo (2024), Quevedo para el desayuno (2025) y El sonido de las moscas (2025).
Este último es un anti‑western ambientado en el México rural de principios del siglo XX, una apuesta más ambiciosa en cuanto a estética como a locaciones y equipo, muy distinta a los proyectos anteriores que fueron más pequeños e íntimos, cimentados en el guion y más cercanos al teatro.
—¿Han tenido exhibiciones fuera de México?
Sí, por ejemplo, Pornógrafo y Quevedo para el desayuno se proyectaron en el Mexican Film Showcase 2025 de la Universidad de Cambridge en Reino Unido, con funciones simultáneas en Guadalajara y en Cambridge. Quevedo para el desayuno también fue seleccionado en el Lift-Off Global Network, un festival independiente en Londres.

De muestra regional a festival internacional.
—Primeramente, ¿cómo surge la Muestra Regional de Cine?
Nació el año pasado, cuando estrenamos Pornógrafo y nos reunimos con otros realizadores de Guadalajara para una proyección colectiva.
Poco después conocí a José Luis Barba, de ProArte en Valle de Guadalupe, y vimos la oportunidad de extender la iniciativa. Así, organizamos una primera edición con sedes en dicho municipio, Tepatitlán de Morelos, San Miguel el Alto, Capilla de Guadalupe y Guadalajara. El resultado fue muy positivo: conocimos gente, generamos contactos y abrimos oportunidades que impulsaron otros proyectos.
—¿Qué objetivos tienen ahora?
ENCIENDE pretende celebrar las voces y miradas del cine de Occidente de México, comprendido por los estados de Jalisco, Michoacán, Nayarit y Colima, mediante funciones itinerantes que recorrerán municipios de toda la región, valorando las narrativas descentralizadas y reconociendo las múltiples realidades estéticas, culturales y sociales de nuestro territorio. Fomentar la producción y exhibición de cine independiente, creando espacios y oportunidades no solo para nosotros, sino para todos.
—¿Cómo se dio esta evolución?
A nosotros, Guillermo y yo, se sumaron a la organización Eduardo Jiménez de la productora Metakinesis y Carlos Melgoza de la Unidad Académica de Estudios Regionales de la UNAM. El año pasado recibimos cerca de 40 propuestas y proyectamos 7; este año esperamos multiplicar la participación, manteniendo una programación de al menos dos horas.
La idea siempre fue crecer de manera orgánica, sin cerrarnos a nuevas sedes mientras cumplan con condiciones óptimas para la proyección. En esta edición pasamos de las sedes que mencioné a más de 35, tanto nacionales como internacionales.
También trabajamos en una identidad más definida: nombre propio, imagen renovada, inclusión de laureles y reconocimientos para cortometrajes, además de criterios de selección. Queremos que siga siendo un espacio gratuito y colaborativo, pero con estándares más claros. Lanzamos una convocatoria que estuvo abierta desde julio hasta finales de septiembre.
Contamos con un jurado interdisciplinario conformado por críticos de cine, gestores culturales y exhibidores regionales. Y los criterios de evaluación incluyen valor cinematográfico, propuesta estética e impacto cultural.
—¿Qué hay de la vinculación internacional?
El interés creció gracias a un efecto «bola de nieve»; más participación generó más sedes interesadas y estas también fueron extranjeras. La primera en añadirse fue Gijón, Asturias. Así que, hasta ahora, el festival se extenderá a España, Uruguay, Costa Rica y Perú.

—¿Qué actividades podremos encontrar en esta edición?
El circuito de exhibición itinerante se realizará del 24 de octubre al 31 de diciembre y dará inicio en la Casa de la Cultura de Tepatitlán de Morelos, Jalisco. Habrá proyecciones, una selección de 4 cortometrajes conforma el programa Tlaneci, mientras que otros 4 el programa Teotlak. Se exhibirán trabajos de diversos temas en los géneros de ficción, documental, animación y experimental.
El programa académico consta de 4 clases magistrales acerca de exhibición, producción, actuación y dirección cinematográficas, a cargo de profesionales como Itzmalin Benítez, Francisco Pérez, María Gonllegos y Horacio Alcalá. Queremos que sea un espacio de aprendizaje, intercambio y networking.
Financiamiento y futuro.
—¿Cómo se había financiado el proyecto?
En la primera edición, por ejemplo, los traslados y alimentos salieron de nuestro bolsillo. También dependemos de lo que cada embajador o cada sede pueda gestionar. Una ventaja ha sido que la mayoría de los espacios de exhibición son públicos: universidades, casas de cultura municipales y centros culturales; es decir, ahí no se cobra nada.
Ahora buscamos que municipios o colaboradores aporten recursos para facilitar el movimiento de creadores. También se han sumado sedes con mayor capacidad económica que podrían traer invitados o proponer actividades adicionales.
—¿Cuál es la estrategia a largo plazo?
El cine independiente necesita recursos y tiempo; con respaldo podremos dedicarle la atención que merece y mantenerlo gratuito para el público en la mayoría de las sedes. Buscamos apoyos institucionales y patrocinios privados para garantizar una continuidad. También creo que a futuro podríamos recibir algún apoyo del IMCINE o del Estado de Jalisco para tener cierta solvencia.
Para Mauricio de la Torre, tanto en la creación cinematográfica como en la gestión cultural, la meta es clara: crear oportunidades. Y en esa misión, cada propuesta fílmica, cada sede, cada colaborador y cada espectador suman a un proyecto que sigue creciendo con paso firme y espíritu colectivo.
Todas las actividades de ENCIENDE, Festival Internacional de Cine de Occidente son de entrada libre. La programación completa, así como los detalles del circuito de exhibición pueden consultarse en el sitio web de Espíritu Films y en las redes sociales del festival.