Por Carlos Pérez
La Feria Metropolitana de Chimalhuacán (FEMECHI) se alza anualmente no como una simple algarabía de temporada, sino como el vibrante crisol donde la memoria ancestral del labrado en piedra se niega categóricamente a la extinción. El anuncio oficial de su edición 2025, programada del 1 al 12 de octubre en el Recinto Ferial, subraya un compromiso institucional renovado: el de rendir homenaje, y sustento económico, a una herencia prehispánica inigualable, cuyo eco resuena desde el origen mismo de este ‘lugar de los escudos’.
El corazón palpitante de esta eclosión cultural reside en el concurso de tallado de cantera. En esta justa artística, medio centenar de maestras y maestros canteros, genuinos herederos de un oficio que otorga identidad a la localidad, convertirán bloques de piedra inmutables en figuras dotadas de alma y movimiento.

La administración municipal, encabezada por Xóchitl Flores Jiménez, ha buscado dignificar este esfuerzo, no solo mediante la organización de la competencia, sino a través de un tangible apoyo económico de seis mil pesos por artesano para cubrir los gastos inherentes a su participación. Se trata de un reconocimiento vital a una labor que, frecuentemente, se ejerce al margen de los grandes circuitos comerciales.
Los estímulos finales coronarán la maestría con premios en efectivo que ascienden a 60 mil, 40 mil y 20 mil pesos para los tres primeros lugares, constituyendo una inversión directa y crucial en la pervivencia de esta taumaturgia lítica.
No obstante, la FEMECHI se despliega ante la región como un universo mucho más vasto. Si bien el arte cantero es su columna vertebral, la festividad promete atraer a no menos de 200 mil almas, ofreciendo un espectro de experiencias que van de lo telúrico a lo puramente festivo.
En esta edición los visitantes dispondrán de un nutrido pabellón gastronómico con 170 propuestas culinarias; un espacio artesanal que supera los 70 expositores, priorizando el talento local y el de regiones vecinas, destacando así la riqueza material impulsada por el Instituto de Investigación y Fomento de las Artesanías del Estado de México.
En un gesto de retorno a las raíces, el cronista municipal, Israel Higinio Calderón Ramírez, enfatiza un dato crucial: desde el año 2023, la FEMECHI ha recuperado su carácter fundacional, despojándose de lo superfluo para honrar su núcleo cultural y artesanal. Esta revitalización de la esencia no estaría completa sin el componente de la ancestral algarabía popular, encarnada en la danza de las 93 comparsas. Ataviados con trajes de charro y máscaras, estos grupos perpetúan un baile tradicional, heredado por incontables generaciones, cuya intención jocosa y profundamente sarcástica se desborda al compás sincopado de decenas de orquestas. La Feria de Chimalhuacán, en su inmensidad, es la reafirmación anual de que la historia, cuando se talla con manos expertas y espíritu indomable, nunca es piedra muerta, sino un legado dinámico y palpitante.