Entrevista

Por Aarón Alejandro Carrillo

Para la violonchelista Yitzen Zenit Carrillo Soto, integrante de la Orquesta Sinfónica del Estado de Puebla, egresada de la Escuela Superior de Música y profesora de cello “la música es una bella forma que brinda la posibilidad de manejar las emociones; una herramienta que ayuda a transmitir sensaciones”.

Para la también estudiante del Instituto Mexicano de Musicoterapia, en la Ciudad de México, quien mostró su interés en la música a la edad de 9 años “la música contribuye a mantener una salud mental óptima si se aprende desde la niñez”.

De acuerdo con lo que ha aprendido en sus clases, nos comparte que cuando la niña o el niño aprende a tocar música clásica durante la primera infancia, etapa en la que el cerebro está en pleno desarrollo y por consecuencia la asociación de sus reacciones emocionales con su entorno, se ha observado que cuando el “cuerpo calloso” se hace más grueso practicando música clásica desde temprana edad.

El “cuerpo calloso” es la parte que comunica al hemisferio izquierdo con el derecho. Se fortalece al aprender a tocar un instrumento e interpretando melodías clásicas en grupo, puesto que desarrolla la coordinación motora aún más, cuando se lleva un ritmo musical, al que los músicos identificamos como el “pulso”, lo que permitirá a los infantes de hasta 8 años, mayores posibilidades de manejar sus emociones.

Comenta que hay evidencias, aún están en investigación, de que la  la ejecución musical ayuda a retrasar la posible llegada de Alzheimer de quienes tienen cierta predisposición a ella.

“Se requiere curiosidad para ser músico, ésta se podría convertir en un talento para identificar sonidos que gustan mucho y cuando eso sucede, el niño busca el instrumento que emite ese sonido y entonces le dan muchas ganas de obtenerlo para tocarlo y disfrutarlo”. Yitzen Zenit Carrillo Soto recomienda a los padres de familia que estén atentos y aprovechen cuando eso suceda.

“Se ha demostrado, durante el ejercicio musical, que el cerebro trabaja a su mayor capacidad cuando se toca -en grupo- música de orquesta para Cámara y en orquestas con un número mayor de integrantes. Ello ayuda más en la gestación, ya que el bebé siente todas esas vibraciones musicales. Es por eso que se recomienda ponerles música cuando se encuentra el niño o la niña en el vientre materno.”

Por otro lado, la violonchelista comparte sobre sus gustos musicales en su edad adulta y platica con una sonrisa “Si bien me siguen gustando los clásicos compositores para violoncello, como Johannes Brahms, Beethoven, Juan Sebastián Bach y Antonin Dvorák, mi gusto ha cambiado un poco, pues buscando alternativas musicales y al ser acompañada por guitarra, conocí la obra musical Tres Instantes del Mar, de Julio Cesar Oliva, un guitarrista clásico y compositor del siglo XX y pese a que tiene tintes modernos, mezcla jazz con música clásica de una forma magistral y tradicional que en sus composiciones utiliza una estructura musical enriquecida con un desarrollo melódico innovador que te lleva sutilmente a dar un recorrido emocional encantador.”

“Al conocer la biografía de Julio Cesar Oliva, me enteré de que tuvo a una figura de autoridad como guía musical con su padre. Entonces descubrí que a mí me pasó algo similar, pues quien era mi maestro de cello, el polaco Jazek Gebczynski, radicado en México e integrante de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México fue también mi guía durante la licenciatura en la Escuela Superior de Música del Instituto Nacional de Bellas Artes”, comenta ella al tiempo que recuerda que Gebczynski fue invitado por el director Orquestal, Fernando Lozano -creador de muchas orquestas en México- debido a su calidad musical.

Comparte una de sus experiencias musicales como profesional, hace dos años, cuando las cosas no le salían tan bien pensó en dejar de tocar definitivamente su instrumento y deseaba interpretar una pieza musical como solista, acompañada por una orquesta sinfónica. Le decía a su maestro, que si lo lograba “Ya me puedo morir y con que toque tan solo una vez acompañada por una orquesta, me doy por bien servida.”

“En un programa de la orquesta en la que actualmente estoy, Orquesta Sinfónica del Estado de Puebla, salió la convocatoria para registrarse como candidatos para ‘Concierto de Solistas’.  ¿Cuál fue mi sorpresa?  ¡Fui elegida solista! ¡Oh, cielos!, exclamé”. “¡Para terminar con la sorpresa, solo dieron una semana de preparación de la pieza musical! Hay momentos en la vida, dice ella, que ya no puedes decir No. “Además, era mi sueño.”

Hace una pausa y continúa diciéndonos que una de sus principales preocupaciones como artista y como integrante de la Comisión de Representantes de los derechos Laborales de los Músicos de la Orquesta que “hay muchos músicos muy buenos y muy pocas orquestas para tocar y no hay trabajo para todas y todos los egresados de las escuelas de música.”

“He visto fragmentadas las artes en la enseñanza y en la ejecución de las obras, principalmente en el cine y teatro, pues antes se presentaban al público acompañados por orquestas en vivo.” Hoy en día han dejado de existir las presentaciones públicas de estas obras multidisciplinarias.

OTROS CAMINOS

Dadas las condiciones existentes para las personas que se desarrollan en el ámbito musical, en 2016 Yitzen Zenit Carrillo Soto creó la cooperativa “Alejandría la Biblioteca Itinerante” con la intención de buscar nuevos espacios para artistas musicales y acompañar al cine, teatro y a la literatura, promoviendo la creación de trabajo en todas las disciplinas.

Ahí mismo se busca dar reconocimiento a las artesanías de comunidades originarias y fomentar el respeto a la diversidad cultural. La idea es que junto con ellas y desde sus localidades, se promuevan con honorarios e ingresos económicos justos.

impulsar la creación de colectivos lectores contribuyendo a la creación de comunidades más amplias de lectoras y lectores acompañando a sus actividades por varias expresiones del arte también reconocidas por su valor cultural, trabajando desde un punto de vista de intervención que. En fin”

Este tiempo en el que las personas nos hemos tenido que reinventar para desarrollar proyectos podemos decir que “la pandemia nos ha cambiado la vida, nos afirma la nueva normalidad que nos espera allá afuera e incluso en nuestras casas. Es un reto enfrentarla y acostumbrarse a ella”. Yitzen Zenit Carrillo Soto reconoce la solidaridad de los gobiernos que como en el caso de Puebla “han cumplido al cubrir todos los salarios de los músicos de la orquesta, mientras se trabajaba adaptándonos a esta realidad”.

Para concluir, con una gran emoción recitó un pensamiento de Erich Fromm, que la identifica con el amor que le tiene a su cello y al trabajo que realiza con él, como una profesional de la música clásica: “El amor no es algo natural: el amor es un arte y como todo arte, requiere disciplina, concentración, paciencia, fe, y la superación del narcisismo. El amor no es un sentimiento es una práctica.”

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