Por Daniela Hillman

  • “Me gustaría que mi obra fuera un elemento transformador en la vida de la gente.” 
  • Su instalación many small gestures se exhibirá hasta el 4 de mayo en The Corner Gallery en Jacksonville, Florida.              

Desde 1983, la artista brasileña Sheila Goloborotko hace uso de su formación como arquitecta egresada de la Universidade de Arquitetura e Urbanismo de Santos y maestra en bellas artes por Brooklyn College y New York University, para crear espacios de interacción con y concientización para el público.

Actualmente expone many small gestures en The Corner Gallery en el Jessie Ball DuPont Center en Jacksonville, Florida. Es el resultado de un proyecto desarrollado en una residencia artística, a lo largo de tres meses. 

Se trata de una instalación que ofrece experiencias sensoriales que se yuxtaposicionan y se unen en armonía. Esta idea se inspira en la naturaleza y el cambio, reflejando la coexistencia entre opuestos. 

Goloborotko se abrió paso como pionera en el arte textil; su trabajo abarca medios y expresiones multidimensionales que se mezclan y se dan vida entre sí. En su página web explica que la “porosidad” está presente en todas sus obras, donde el diseño emergente dicta el material que habrá de utilizarse. 

Con ese respecto, destaca su exposición Sistema del 2016, la cual fue inspirada por la biología marina y los sistemas de arrecifes. Esta obra estuvo expuesta en el Centro Atarazanas del Puerto de Veracruz en junio del mismo año. 

La maestra describió este trabajo como el primero en enfocarse no solamente en el espacio interno de la galería donde se presenta la obra, sino también en el espacio externo del centro histórico de la ciudad y el espacio submarino de los arrecifes al que se le rinde homenaje. 

“Decidí crear una obra que hablara de la importancia de recuperar la riqueza arquitectónica del Centro Histórico de Veracruz y al mismo tiempo de mantener intacta la riqueza submarina del sistema arrecifal veracruzano”, así lo explicó Goloborotko en su momento. 

También compartió verse influenciada por las conexiones artísticas y creativas de cualquier sitio, ya sea a través de un arte específico o simplemente de su mismo entorno. Tratándose de artistas profesionales, reconoce que, sin importar el área particular de práctica, todos la influencian de alguna manera y son fuentes de nutrientes y desafíos al mismo tiempo. 

“¿Cómo se involucra uno con la obra de arte? ¿Cómo reconoce uno lo que es una obra de arte? ¿Cómo actuamos con el arte en cuanto a su valor de mercado y cómo actuamos en cuanto al objeto que deseamos?”, estas son las preguntas que Goloborotko pone ante su público. 

A través de su trabajo, la artista replantea el valor que el espectador otorga a la pieza de arte. Busca la participación del público con un objeto inusitado e insólito que interrumpe su rutina. Afirma la importancia que tiene para ella la accesibilidad de sus obras a la gente común, reflexionando acerca del impacto que ella inflige a sus vidas y el cambio que ella recibe a su vez.  

Desplegando su arte visual hacia un “activismo poético”, nos relata que su intención en esta exposición era ofrecer un símbolo con el que la ciudadanía sea capaz de observar la riqueza que fue construida a través de la destrucción, enfatizando en las consecuencias de ambos procesos.

Establecida en Brooklyn, la multidisciplinaria acostumbra crear “sociedades minituras” con artistas, estableciendo su estudio como un laboratorio que promueve el cambio en la sociedad, donde el arte textil se transforma en la ciencia grafica de la democracia y el cambio. 

La trayectoria de su trabajo y futuras exposiciones pueden seguirse a través de su página web www.goloborotko.com y sus cuentas de Facebook e Instagram, donde aparece como Sheila Goloborotko y goloborotko, respectivamente. 

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